
Virginie Despentes: feminismo punk
Diva punk, exprostituta, feminista, escritora, lesbiana… el nombre de Virginie Despentes estará siempre ligado a la polémica y a una ideología revulsiva y rebelde: actuar fuera de la norma fue durante muchos años su modus operandi. Quizás por ello sorprenda más encontrarse hoy con la imagen de una mujer de apariencia madura y con cierto halo de serenidad, a quien los años han ralentizado, aunque enseguida comprobamos que no domado.
La francesa que revolucionó el pensamiento feminista con su manifiesto autobiográfico Teoría King Kong y sacudió mentalidades con Fóllame, su brutal obra debut, hoy es una autora respetada en el panorama literario, cosa que no le ha quitado ni un ápice de rabia o empuje. Virginie Despentes habla con la misma espontaneidad y honestidad con la que escribe y piensa, pero no nos confundamos, dialogar con ella es todo un ejercicio de reflexión, que ella viste de coloquialidad pero del que se destilan años de maduración y reflexión.
Sin piedad expone e impone sus ideas sobre los males de la sociedad patriarcal y capitalista: machismo, racismo y clasismo, pero también se explaya con sus visiones sobre la cultura mainstream versus “lo prohibido”, las posibilidades del nuevo feminismo, o los límites y las verdades sin vaselina. Desde la creación artística y literaria, siempre en los márgenes de lo aceptable y lo trasgresor, construye su visión del mundo, un mundo que retrata sin piedad en su última novela Vernon Subutex, centrado en la sociedad francesa, la suya, y en una generación desencantada, la suya también. De esto y más charlamos aquí.
Notodo: Tanto el título del libro Vernon Subutex como tu nombre son pseudónimos. ¿De dónde vienen?
Virginie Despentes: Despentes es un barrio que me encantaba de Lyon, donde viví siete años; y Vernon Subutexera el nombre que utilizaba en Facebook para ver un poco cómo estaban las cosas, que al final se ha convertido en el nombre del protagonista. Vernon viene de una novela negra de Boris Vian que se llama Escupiré sobre vuestra tumba, y Subutex es algo que se utiliza en Francia para parar la heroína.


P: ¿Cómo y cuando se te ocurrió lo de escribir una trilogía?
V.D.: Al principio pensaba escribir una novela corta, pero empecé a trabajar y, al releerla, ya tenía más de mil páginas, entonces mi editor me dijo que la dividiera en dos; pero me di cuenta de que tenía que acabarla y que seguía una tercera parte. Trabajar por partes es otro proceso: lo más difícil para mí es que cuando empiezas una novela no tienes forma de saber exactamente de qué tipo va a ser; hay un momento de angustia que en esta no tengo. Es superinteresante poder cambiar de opinión después de que la gente te ha leído, teniendo en cuenta lo que has aprendido de tu propia novela.P: Vernon Subutex podría decirse es el retrato de una generación desencantada. Todos los personajes, aún siendo de diferentes clases sociales y de diferentes ideas políticas, están un poco deprimidos…




V.D.: Cuando escribo no pongo ambición. Quizás se explica con que mi novela anterior, Apocalypse bébé, se ha vendido un montón, así que tenía mucho más dinero que antes; esto cuenta en la vida de un escritor. Si tienes presupuesto para un año de escritura o para dos (lo que he tardado en escribir éste) no haces el mismo trabajo: ahora por primera vez en mi vida sí tenía dinero para tomarme tiempo para escribir.
P: Has dicho antes que los hombres no entienden nada cuando la protagonista es una mujer. En este libro el protagonista es por primera vez un hombre. ¿Cómo es la experiencia de narrar con una voz masculina? ¿Es una forma de acercarte a los lectores masculinos y viceversa?
P: ¿Qué dirías a los que dicen que odias a los hombres o que tu literatura profesa la misandria?


V.D.: Pongo un montón de cosas mías cuando escribo, por ejemplo en este libro hay muchos personajes con los que no me identifico pero que tienen cosas de mí dentro de ellos. Algo que me permite hacer que al lector no le sea tan desagradable entrar en contacto con personajes supernegativos como Patrice que golpea a su mujer o Xavier que es superracista, para que sea como en la vida real, donde hay cosas de la gente que te gustan y de repente otras que dices ¡shit! De otro modo, serían insoportables porque están todos encerrados en sus discursos de odio o de derrota.
P: ¿Esto de exponerse volcando tanto de uno mismo en la obra hace que se vivan las criticas de forma más personal?
V.D.: Hace años y años que intento no leer casi nada, y sobre todo nunca leer nada sobre mí en internet. Hay una cadena de odio por cada persona que se expone y eso no sé cómo aguantarlo. Además, suelen ser críticas que no te ayudan en tu trabajo, un odio que no sé de dónde sale. El ser público es una humillación total, es un mismo tratamiento para casi todos los autores.


P: Además, te consideras una persona tímida, a pesar de que das una imagen de dura…
V.D.: Creo que las mismas personas que te critican cuando las encuentras en persona cambian totalmente de actitud, porque el odio no es hacia ti como persona, es algo más complejo. Pienso en la gente que participa en realities de televisión que no se lo esperan o en las estrellas del porno que desatan un montón de compasión, pero la verdad es que todas las personas públicas estamos sometidas a ese mismo tratamiento de humillación absoluta. No me quejo, pero el éxito viene con su precio.P: Cuando recibiste el prestigioso premio literario Goncourt por tu anterior novela Apocalypse bébé leí que alguien escribió:“Virginie Despentes ya no da miedo”. ¿Notas algún cambio en el tratamiento que recibes y en cómo se te trata después de ser premiada?
V.D.: Un montón. Desde Fóllame hasta Vernon Subutex el trato es totalmente diferente: ahora la gente del paisaje mediático de Francia se ha acostumbrado a mí, saben que nunca hago escándalo en privado. Hay tanta gente joven trabajando en los medios que ha crecido conmigo en el paisaje, es muy diferente a cuando llegué con Fóllame, la novela de la que decían: “¡Ella no! ¡Fuera! No la queremos en nuestras casas”.P: También ahora estamos más acostumbrados a cosas que antes podrían chocar más. ¿Crees queFóllame tendría el mismo impacto si se publicara hoy?
V.D.: Creo que sí, quizás incluso un impacto más violento. Algo que cambió mucho la percepción de Fóllame en Francia fue la publicación de Teoría King Kong, creo sirvió para que mucha gente entendiese de qué se trataba. No es que quiera molestar a la burguesía sino hablar de algo que es súper importante para mí, que veo de esta manera y no de otra y que siento un derecho total a hacerlo.


P: Cuando se sacó la película la asociación católicaPromouvoir la censuró, la misma que consiguió prohibir la distribución en Francia el año pasado de La vida de Adèle deAbdellatif Kechiche, o Nymphomaniac y Anticristo de Lars Von Trier y Amor de Gaspar Noé. ¿Han cambiado en algo las cosas?
V.D.: Sí, hoy nadie la produciría, la censura no es solo contra Fóllame, la película, es contra toda una profesión. El mensaje es: “No hagáis este tipo de películas: haced películas más tranquilas, el cine no es un instrumento de búsqueda o de política radical, hay que hacer películas que no den problemas a nadie”.
P: Tus películas siguientes no siguen la misma línea…


P: Dijiste una vez que hoy en día que un actor se niegue a empuñar un arma es como que una mujer se niegue a desnudarse. ¿Podemos deducir de todo esto entonces que la masculinidad va ligada a la violencia y la feminidad al sexo?


P: Hablando de series y de tipos mujeres, en tus libros y películas es frecuente que aparezcan lesbianas y transexuales, algo que cada vez está más normalizado en las series comerciales también, tipo Transparent, Orange is the new black… ¿Qué te parece este fenómeno?
V.D.: La visibilidad es siempre positiva. Me imagino que si eres una chica de quince años lo que puedes ver ahora en las series, que antes era totalmente impensable, hace que pienses “Ok, tengo este ámbito, existo”: la variedad de personajes hacen que puedas identificarte o contra-identificarte pero te posicionan en el paisaje. La lesbiana, por ejemplo, no tiene la invisibilidad que ha tenido hasta hace muy poco, de la misma forma que me parece que las razas están poco a poco más representadas, sobre todo en América.
P: Pareces una persona bastante positiva, en tu discurso feminista siempre has tenido ese punto de no hablar sólo de lo que hay que hacer sino de lo que ya está ocurriendo o se ha conseguido.


V.D.: Tengo dudas sobre este asunto. Primero, porque hace 20 años era impensable que alguien como Beyoncé pudiera acercarse al feminismo. El feminismo era algo feo, despreciable, tonto, radical, marginal… el simple hecho de que Beyoncé quiera utilizarlo por razones de marketing me parece un triunfo total. La adoro como artista, creo que inventa cosas como pocas artistas comerciales antes, pero lo importante es el hecho de que ahora cada chica joven que conoce a Beyoncé oye hablar del feminismo de manera positiva, y quizás no solo va a comprar camisetas, mañana puede que se meta en internet y lea algo interesante. Me parece muy guay que la mayor figura mainstream del feminismo hoy sea Beyoncé, una chica supersexual, negra y fuerte.P: A raíz de todo esto incluso la revista Elle en UK se atrevió a meterse en el tema con una sección bastante presuntuosa que llamaron “Elle reinventa el feminismo”. Lo peligroso es que alguien recurra a eso como fuente más que a los libros.
V.D.: Pero es que ya hay que saber lo que esperar de una publicación como Elle.P: Beyoncé representa bien el empoderamiento femenino, tú hablas mucho sobre el miedo de las mujeres a mostrar su fuerza.
V.D.: Sí, a mostrarse demasiado fuertes, demasiado ricas, demasiado poderosas… Beyoncé lo tiene todo y las palabras feministas de su disco yo las firmo mañana, no hay ninguna palabra que me parezca peligrosa ni creo que sea un feminismo de soplapollas. Todo lo que dice lo dice súper bien, además trabaja con movimientos contra la violencia de género. Hay un feminismo en Norte América que dice cosas que a mí no me gustan mucho, como que la maternidad es lo más importante —¡joder! ¡ya sabemos que tenemos que tener hijos!—, pero Beyoncé no dice nada que me moleste.


P: Quizás el problema no está en las palabras sino en la vestimenta y la apariencia física que parece está más pensada para seducir al público masculino aunque su música sea universal.
V.D.: No me lo parece, creo que es una mujer que seduce por igual a hombres que a mujeres. Obvio que identificarte con su cuerpo es algo agradable, a mí me gusta, es un cuerpo potente, no es la mujer frágil a cuatro patas, golpeada o víctima. Canta canciones con fuerza, no me siento humillada o extraña cuando veo el trabajo de Beyoncé. Claro que si únicamente te queda Beyoncé, estás en la mierda, no es suficiente, pero me parece una imagen feminista real. Creo que los antifeministas, los católicos, los musulmanes o los judíos no están contentos con ella: lo que quieren ellos realmente va en contra de lo que propone ella, esto es importante.
P: En Vernon Subutex también tocas el tema de la identidad religiosa con el personaje de la chica de origen magrebí que se revela de forma diferente a la esperada. ¿Qué opinas sobre el hecho de que cadenas de ropa como Marks and Spencer o H&M empiecen a vender en sus tiendas del Reino Unido vestimenta que sigue el código de la Yihad (bañadores de pies a cabeza, velos…)? ¿Te parece una muestra de libertad o, al contrario, un retroceso?
V.D.: No podemos hablar de retroceso porque en Occidente no ha existido nunca ese tipo de moda: no es un regreso al pasado, es futuro, es nuevo. No puedo acoger cualquier religión para las mujeres como positiva, musulmana, cristiana o judía, estamos jodidas con la religión. Pero en Francia, como hemos tenido esta ley muy particular contra el velo, me ha parecido una vigilancia total hacia el cuerpo femenino. ¿Por qué una ley contra el velo cuando no hay una ley contra tetas falsas, tangas o minifaldas? Se mezclan varias cosas: la amenaza del cuerpo femenino y ser musulmán. Me interesa un montón cómo el feminismo es utilizado contra los más precarios, como lo que sucedió con los abusos en la noche de Cologne. Que los racistas y los fachas utilicen el feminismo para cumplir sus deseos de racismo me parece mucho más peligroso que Beyoncé. Nunca se han interesado por el feminismo y nunca les interesará pero ahora utilizan nuestras herramientas contra las razas de los más precarios. Es obvio que no me parece guay que una chica o un chico vaya hacia una religión, pero al mismo tiempo sé que en Francia la denuncia del velo, por ejemplo, no va en favor del feminismo, sino del fascismo de forma sutil.


V.D.: Pero es que la gran estrella del rock es Beyoncé, aunque eso no le impide a Donna Haraway publicar textos apasionantes, y tampoco le impide a nadie leerlos. No es una sombra que eclipsa, al contrario, creo que le abre la mente a mucha gente. No hay un solo tipo de feminismo ni un único icono: la cantante de Gossip, Beth Ditto, que tiene un cuerpo totalmente diferente y que también trabaja por el feminismo, no creo que esté eclipsada por Beyoncé en ese sentido. Lo único que ella hace es asumir que es una chica poderosa, algo que Madonna no podía hacer hace veinte años, porque si te atrevías a decir que eras una feminista era el fin de tu carrera. Beyoncé también nos explica algo que me parece interesante, y es que ser feminista no significa que tengas problemas con los hombres. Las feministas hemos dejado de estar en la sombra y en la culpabilidad para pasar a estar orgullosas de serlo.
P: ¿Ser lesbiana y feminista está ligado?
V.D.: Me parece más fácil el feminismo desde el punto de vista de la lesbiana. Ser lesbiana te permite adentrarte en el feminismo con más paz, porque hay un montón de problemas que te quitas de encima. Creo que hoy en día el trabajo más interesante vendrá de chicas que se acuestan con otras chicas porque realmente es superdifícil el ejercicio del feminismo dentro de la heterosexualidad.


P: Pero es justo eso lo que aleja a muchas mujeres del feminismo, el miedo a perder su feminidad, algo que se asocia a ser lesbiana.
V.D.: Me parece que el miedo a ser considerada lesbiana ha cambiado un montón en diez años. Hoy el hecho de ser lesbiana no dice nada de ti, más allá de que no te acuestas con chicos, o lo menos posible. Nos hemos quitado todos esos prejuicios de encima. Yo lo veo con Teoría King Kong, es mucho más fácil escribir un libro así, publicarlo y disfrutar de su éxito si no te lías con chicos. Me parece mucho más fácil ser lesbiana hoy en día que ser heterosexual, especialmente con el tiempo, la heterosexualidad para las chicas es una putada máxima.P: Hasta hace poco ser lesbiana se intentaba relacionar con una etapa de inmadurez: si lo eras antes de los 30 se consideraba una etapa adolescente y si “te hacías” después se veía como una crisis de rebeldía o segunda adolescencia.
V.D.: Creo que la gente ha cambiado, de este punto de vista a otros se ha evolucionado rápidamente en general, no todos, claro. Ahora se disfruta totalmente el ser lesbiana, ¡tengo una suerte!… (NdeR: ríe, en alusión a su propia sexualidad, teniendo en cuenta que ella misma pasó de ser heterosexual a lesbiana justo a los 30 años).
P: Si Teoría King Kong es el libro de cabecera de cualquier feminista, ¿cuales son los tuyos?
V.D.: Donna Haraway es la última lectura de moda en mi entorno: todos sus libros, pero especialmente los últimos artículos. Y como novela traducida Lola Lafon, la pequeña feminista que no sonreía nunca, de una amiga cercana, es muy guay.